Con el cristal con que se mire
Aunque desde tiempos remotos el hombre intentó solucionar sus problemas ópticos, recien pudo remediar sus males en el Siglo XVI cuando la lente fue inventada.
¿Sabía usted que Leonardo Da Vinci fue el primero en concebir los lentes de contacto?, ¿no?, ¿si?, ¿si o no?, me hace la seña de la espadilla y el bastillo a la vez, que me confunde. ¡Pero mire que usted es un incrédulo, si se lo estamos diciendo!. Garantido que si le hablamos de un gol de la celeste nos creería, pero claro, le hablamos de los lentes y usted no nos cree, para qué se va a preguntar quien lo inventó, si usted va a la Óptica, compra y se va..., pero, ¡ya va a caer con los ojos cansados!
No sea que le pase a lo que aquel judio que decía alarmado: “No veo, no veo”, ¿te quedaste ciego?, “no, no veo a quien joder...”.
DICEN QUE...
Volviendo a los anteojos, dicen que fueron los chinos, no,no, ni Viera ni Recoba, los de allá, del otro lado del mundo, los chinos-chinos, quienes utilizaban desde épocas remotas. Y según Homero, lo primeros lentes de aumento se conocieron en Grecia, tanto aumento tenían que quemaban las naves...
Los primeros estudios sobre óptica se le atribuyen al monje inglés Rogelio Bacón (1214-1294), llamado doctor Admirable.
Y hay que andar en las malas para descubrir laas cosas que el hombre descubre cuando tiene problemas, encuentra la solución, tarde o temprano.
Salvino Degli Armati, florentino el tipo. El tano se lastimó la vista mientras hacia sus experimentos, y para seguir adelante, buscó una solución. Si se habrá dado mañas, que entre fetuchinis, tallarines, capellettis y pizza con muzzarella, porque los científicos también comen y chupan como cualquier mortal. Armati descubrió la manera de alarar la visión de los objetos a través de dos trozos de vidrios de cierta curvatura y grosor...
¡Mirá os!...exclamó el tano mientras le daba forma a sus rudimentarios lentes convexos (después inventó los sinbesos, pero esa es otra historia).
Otrocientífico a fibnes del Siglo XV, con los lentes convexos del tano, podía ver de cerca, pero como él tenía una vedcina que tomaba sol como Dios la trajo al mundo al mediodía (en ese tiempo no había problemas con la capa de ozono), linda y fatal, incentivo a la ciencia, mejor dicho, al científico inventó unos lentos cóncavos, que la eía mejor que en una TV de 20 pulgadas...
Después apareció el “monóculo” que por estos pagos se lo conoció como el monóculo insolente, ese que da un aire bacanejo.
A propósito de bacanejo, y de la historia de “ese aire bacanejo” nos hace acordar al gaucho viejo, aquel que estaba en el baño, en cuclillas, sobándose la pancita a ver si aliviaba en algo los fuertes retorcijones y murmuraba “nunca más sandías al mediodía”.
- ¡Tata!, lo buscan, ¡tata!, lo buscan...
Tanto insistía el hijo que el gaucho pegó el relicho.
- ¡Ba canejo!
Desde entonces se conoce que el aire bacanejo proviene de ciertos lugares en los que irremediablemente el ser humano debe recurrir, parado, sentado o de cuclillas...
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