sábado, 23 de abril de 2016
Luces y sombras, cuando estás lejos
Una luminosa tarde estaba atada a mi ventana
que era el marco que mi cuarto me ofrendaba
para deleitarme de esa obra de la naturaleza
en el museo mínimo de mis cosas.
Una suave melodía se extendía
como una víbora perezosa por las paredes.
Me puse a sumar palabras para disimular,
me creí un poeta,
un hombre lleno de filosofía y de versos.
Me creí del mundo, de las cosas,
de los arrabales y del centro
pero no supe, hasta hoy,
cuanto dolía tu ausencia.
-CAMACA
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