martes, 30 de enero de 2018
INSTANTES
El ómnibus se deslizaba como un pez grande
( mar adentro.
La calle estaba concurrida
el gigante con ruedas de pronto se detuvo.
por la ventanilla pude ver al hombre pico en mano
subiendo y bajando con golpes precisos
abriendo surcos en la vereda.
Por un instante cruzamos la mirada
él se secó el sudor
yo elevé mi pulgar
hizo una mueca que se advino en sonrisa
y con nuevos bríos siguió golpeando.
El ómnibus siguió su marcha
y a veces, cuando me hablan de forjar el destino
por un instante, como una metralla,
disparo las imágenes de aquel trabajador
que en un cruce de calle
de una perdida ciudad
estaba haciendo Patria.
- CAMACA -
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