Cosas de la vida. En los últimos meses, los puntasauceños hemos soportado en vivo y en directo dos intentos de violación de la libertad de prenda.
- Con la prenda no se juega, dijo el gaucho, mientras sacaba a su mujer de una orgía...
El otro caso fue más patético, cuando un abogado llegó a la casa de un gaucho deudor y le dijo: “Lo siento Zoilo, pero, por decisión de mi cliente te tengo que ejecutar la prenda...”
- ¡A mi china no la toca naide sotreta!!!
En fin, son cosas de la vida. Es por eso que entiendo lo importante que resulta la libertad de prenda. El ilustre pensador George Bottlle (Jorgito Botella, para los íntimos), guía espiritual y espirituoso de generaciones de puntasauceños, ya lo dijo, “se vive mejor de cincha floja, hay que liberar al mercado, aflojar el corset del Estado y dejar oscilar los frutos de la naturaleza humana...”.
Y uno entiende esto, se afilia con esta postura de la libertad de prenda, porque no me va a negar que una mujer que tenga libertad de prenda no se siente más cómoda, ¿eh?, y si usa una mini prenda, mejor, (mejor para nosotros que miramos). Ya sé que uno a veces resulta un poco “obsexo”, pero es la vida y la sociedad en que nos formamos, como dijo un amigo, “pertencemos a una sociedad en que Max chista... y todos nos damos vuelta. La libertad de prenda es buena porque uno compra la ropa que quiere y el mercado no se desvaloriza. Hay que privatizar a las prendas, pero eso en la ciduad, porque si fomentamos esto en la campaña, el gauchaje se nos alza.
Y hablando de gaucho alzao, los otros días lo vi al Karl Luccio, asedsor de Puntas del Sauce Verde, en un video, así como lo lee, en un video televisivo. El hombre liberó la prenda, y como Horacio Guarani, cantaba “Volver en vino”, y después, en medio de la fiesta, empezaron a tocar un rock and roll de la década del sesenta y no se aguantó, se fue al mnedio de la pista. Se formaban rueda para verlo bailar. “Ahí viene la plaga, me gusta bailar/ahí viene la plaga...”.
- ¡Que bien baila Karl Luccio, ¡ese si que libera la prenda, porque cuando se saca el saco y lo revolea...
Bueno, el tema no da para más, a veces me resulta más fácil hablar de las termas del Cerro, de la gloriosa 222, la lista más cercana a la policía, digo. Y les confieso la última, antes de irme, sucede que este viernes, anoche, tuve gente en casa... los ladrones entraron por el fondo y se llevaron toda la ropa del estendedero que me había lavado mi mujer, hasta el calzoncillo largo de puntos con el solía los domingo a la mañana levantarme, preparar el mate y sentarme en la plegabale en el patio, luciendo mi fina estampa, yo también sufrí lo que muchos de ustedes, es decir, a mi también me ejecutaron las prendas....
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