- Atleta uruguayo, esperando turno para competir…
Participación olímpica uruguaya fue más cortita que patada de chancho
Duraste poco pañuelito de coco. La verdad sea dicha, los chicos celeste demoraron mas en aprontar los monitos que en competir. Lo único bueno que pudimos celebrar fue el de verlos veinte segundos desfilar frente a las cámaras del mundo y gritar los goles de Ramírez y Lodeiro, porque lo demás fue saber a qué hora competían y mirar en pantalla, “último fulano, de Uruguay…”.
Es como le digo, fue tan rápido, que ni me dieron tiempo a sentarme frente al televisor, bah, los otros, los rivales no me dieron tiempo, porque siempre, allá, a lo lejos y al rato, se enfocaba al uruguayo/a de turno llegando como el último orejón del tarro.
Por suerte uno tiene el espíritu del Barón de Coubertin, de lo importante es competir, que traducido al uruguayo básico quiere decir, lo importante es viajar y estar allí, buenas camas, buenas comidas, por ahí te ligas un beso de la Sharapova, o te quedás con el vaso donde posó sus labios para tomar agua….
En fin, no me dejaron decirles que el griego Evangelio Zappa fue en realidad el impulsor de los Juegos Olímpicos modernos, en el Siglo XIX. El tipo tenía el mismo espíritu que el Barón o el Barón el espíritu de él porque el Evangelio era más viejo y tenía la guita del mundo, tanto que dejó a su muerte su herencia para la causa olímpica. Zappas, se apasionó con la idea de revivir la cita olímpica, inspirado en los ideales de Alexandros Soutsos, un poeta romántico griego que se convirtió en el primer ideólogo en la lucha por la reanudación de los juegos olímpicos.
Pero eso es historia, como histórica ya la participación de los uruguayos que ocuparon los últimos lugares, o el pódium al revés, diques que nos damos a veces.
Y pensar que éramos los favoritos de la prensa y de los expertos del mundo. Nos daban todas las medallas de oros como competidores teníamos, y se alegraban porque habíamos mandado pocos atletas.
. - Los atletas uruguayos, son favoritos siempre, son poderosos, invencibles ya que cuentan con la ventaja de no tener una Política de Estado para el deporte, entonces se entrenan a campo traviesa, comen guisos, ensopados, comidas de ollas y asados, no tienen dietas olímpicas y esa ventaja los hace más poderosos, a la hora de masticar.
Tienen la tremenda ventaja de ser completamente amateur, tienen que trabajar entre 8 y 10 horas por días y van a la pista luego, cuando los demás duermen. Aparte cuentan con el cariño de pequeñas empresas como Almacén Don Manolo, Super Mercado El Aljibe y otras trasnacionales o traspeñaroles por el estilo….
Tienen todo el apoyo del Presidente de la República y el Ministro del ramo que desembolsan unos dólares y le dan como mayor tesoro una bandera uruguaya de dos metros, ojala todos los deportistas del mundo tuvieran todo el apoyo de su gobernantes como tienen los uruguayos. Y mientras otros países se limitan en el terreno en construir, pistas de atletismo, villas olímpicas, Complejos Deportivos y vuelcan fortunas en el deporte, los uruguayos tienen todo su país para entrenarse, el campo abierto y el aire puro, y si no tienen zapatillas, descalzos nomás, son atletas con los pies sobre la tierra, por eso son temibles.
Los demás países respiraron aliviados luego que nuestros atletas compitieron y la Villa Olímpica se quedó sin uruguayos, se sintieron más tranquilos, sin sombras en su metas y se dedicaron a ganarse entre ellos….
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